miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA LUZ DEL INVIERNO
JOHN ATKINSON GRIMSHAW

Para quienes vivimos en las ciudades poco hay con lo que complacerse en relación a la Naturaleza. Nos quedan los parques, algunos árboles dispersos, trozos de cielo con o sin nubes, y nos queda también, si sabemos aspirar bien la luz con los sentidos, matices de color que la luz difumina, sobretodo al amanecer y atardecer. Para John Grimshaw Atkinson el frio invernal revelaba una luz poética, sensual, voluptuosa. Sus pinturas evocan una soledad rendida, amparada al color áureo del otoño, las calles húmedas, los árboles pelados. Los quedos personajes de sus cuadros parecen cautivados, abducidos por el esplendor del momento, la luz que lo baña todo. El momento que queda así, bendecido, gracias al sol o la luna velados. Aquí te dejo unas cuantas obras suyas para que te pasees sin más, en silencio y tranquilo.










La tarde muestra una luz pálida
que viene de un reino remoto.
Muy silencioso y quieto, tiene
lo lejano como lo próximo
no sé qué calidad de sueño
que acaso sólo está en mis ojos.
José Hierro


En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Antonio Machado

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jueves, 14 de noviembre de 2013

Escalante Rim, Utah
Noviembre 11 de 1934
Everett Ruess

"En cuanto cuando voy a visitar la civilización, no será pronto. Creo que aún no me he cansado de la naturaleza salvaje, es más, disfruto de su belleza y de la vida de vagabundo que llevo, encantado la mayor parte del tiempo. Prefiero la silla de montar al coche y el cielo chispeante de estrellas al techo, el oscuro y difícil tramo, conduciéndome a lo desconocido, a cualquier carretera asfaltada, y la profunda paz de lo salvaje, al descontento que se cría en las ciudades. ¿Me culpas entonces por quedarme aquí, por sentir que pertenezco y soy uno con el mundo que me rodea? Es cierto que echo de menos una compañía inteligente, pero son tan pocos con quienes puedo compartir lo que significa mucho para mí que he aprendido a guardarlo sólo para mí. Me basta que esté rodeado de belleza y compartirla conmigo en cosas que son un constante placer, como mis mantas de Navajo que uso para montar, y el brazalete de plata en mi muñeca, cuyas tres turquesas brillan a la luz del fuego."

http://www.utah3d.net/utah-travel/zion-national-park/subway-trail-russell-gulch.html

"Al fin encontré un sendero y acabo de apartarme para acampar en lo que parecería el filo del mundo. Mi tienda está en un punto dividido, con la llanura alejándose hasta el azulado horizonte del este y el oeste. Los últimos rayos del sol al atardecer y los primeros de la aurora vienen hasta mí. Hacia el Norte se haya la cara amplia del Monte Kaiparowits, de pálido carmesí, cubierto de blanco y cumbres boscosas. Oeste y Sur son desiertos y montañas lejanas. Anoche la pálida y creciente luna apareció un ratito, baja en la línea del cielo hasta el amanecer. A menudo mientras paseo, tengo matices de ensoñaciones cuando la vida se insinúa irreal y extraña. Creo que, la mayoría de la gente tiene tan obturados sus sentidos que no consiguen enterarse."

http://www.utah3d.net/utah-travel/zion-national-park/subway.html
"Cuando mis amigos los mormones me preguntaron a qué iglesia pertenecía, les dije que a la hedonista panteísta. Si que es cierto que tú y yo hemos sido siempre hedonistas, deseándonos mutua felicidad, como yo la deseo ahora para ti."
Traducción del inglés: AllendeAran
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martes, 5 de noviembre de 2013

TRISTEZA DE OLIMPO
Victor Hugo

Las hojas yacian en el bosque en silencio,
intentando a su paso elevarse del suelo,
por el jardín corrian;
quizá los pensamientos, cuando el alma está triste,
vuelan así un momento con sus alas heridas,
para luego caer.

Contempló largamente las magnificas formas
de la naturaleza en los campos en paz;
soñó hasta el ocaso;
¡durante todo el día vagó por el barranco,
admirando por turno el cielo, faz divina,
divino espejo, el lago!



                                                           fotos Volodia Demidchik

¡Dios nos presta un momento los prados y las fuentes,
los bosques que tiritan, las mudas rocas hondas,
los cielos azulados, los lagos y las llanuras,
para los corazones, los sueños los amores!

Y despues nos los quita. Apaga nuestra llama.
Y sumerge en la noche el antro en que brillamos;
le dice al valle, el que se imprimió nuestra alma,
que olvide nuestros nombres y borre nuestra huella.



...en un recodo oscuro, casi al final, el alma
oye algo todavía palpitar bajo un velo...
¡A ti durmiendo en sombras, oh, sagrado recuerdo!
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