viernes, 24 de febrero de 2012

Albert Bierstadt   (1830 - 1902)

Hay pintores que no tienen el renombre merecido por culpa de esa mentalidad circunspecta que rodea a la pintura europea. Si preguntáramos por otros pintores fuera de las lindes del viejo continente muchos se quedarían perplejos y quizá, a lo sumo, nombrarían dos o tres lo más. La cosa empeora si las pinturas son realistas o sus pretensiones resultan evidentes. ¿Creerían algunos que la escuela del Rio Hudson hubiese optado por la fotografía de haber estado desarrollada tal y como la conocemos hoy en día? ¿Tan difícil resulta captar ese espíritu trascendentalista que muchos de sus paisajes manifiestan? No basta con decir, Qué bonito. Es algo más. Es una invitación a convertirse en explorador, a exigir que nos devuelvan la naturaleza salvaje robada en nombre del progreso, a creer que efectivamente existió el paraíso, a soñar que un paseo por esos espacios nos devolvería la esperanza de que un mundo mejor es posible. Bierstadt es el pintor más famoso de aquel movimiento que bebió el elixir del romanticismo europeo y lo llevó a límites fabulosos, quiméricos, alucinantes. Espero que estas magnificas panorámicas sean buen ejemplo de ello.